Autores:
Categoría:
Cadera
Introduccion:
Las fracturas intracapsulares de cadera, de creciente incidencia debido al envejecimiento de la población y con importante controversia en cuanto a su tratamiento óptimo, suponen un reto, no solo por las comorbilidades perioperatorias, si no por las características anatómicas de la fractura, puesto que se puede ver comprometida la vascularización del cuello femoral
Objetivos:
Revisar los resultados del tratamiento de las fracturas subcapitales de cadera mediante atornillado percutáneo y su necesidad de conversión a Artroplastia total de cadera (ATC) en su seguimiento, teniendo en cuenta las características de la fractura y factores asociados al paciente y a la cirugía.
Material y metodología:
Se ha realizado un estudio retrospectivo observacional de los pacientes intervenidos por fracturas subcapitales de cadera, mediante atornillado percutáneo, entre Enero de 2009 y Diciembre de 2013. En cada uno de ellos se han obtenido variables demográficas, comorbilidades, clasificación de Garden, demora quirúrgica, número y tipo de tornillos empleados y necesidad de implantación de ATC posterior
Resultados:
Se obtuvieron un total de 75 pacientes, de los cuales un 22,66% de los pacientes eran varones, con una edad media al diagnóstico de 77,84 años (34,66% eran menores de 75 años. El 59% fueron Garden I, el 18% fueron Garden II, el 13% Garden III y el 10% Garden IV. El tiempo medio hasta la cirugía fue de 2 dias, aunque hasta el 42.66% de los casos fueron intervenidos de urgencia. En un 78% de los pacientes se utilizaron 3 tornillos canulados de 6,5 mm. Se reintervino hasta un 20% de los pacientes por causas relacionadas con la osteosíntesis o complicaciones derivadas de la misma, y en un 13,33% se implantó ATC por necrosis avascular de cadera (NAV) sintomática, de los cuales un 40% eran pacientes mayores de 75 años
Conclusiones:
El tratamiento de las fracturas subcapitales mediante atornillado percutáneo es una técnica poco invasiva, con resultados satisfactorios aunque variables a largo plazo en función de las características de la fractura y la edad del paciente, obteniendo peores resultados en pacientes mayores de 75 años, por lo tanto la decisión del tratamiento óptimo debe individualizarse.